martes, 10 de noviembre de 2015

Porque La Cosecha Es Tan Grande

Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos" (Mt 9:37).
"Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor" (Mt 9:36).
a. Jesús Envió Obreros A Los Campos. Cuando Jesús contempló aquellas multitudes dispersas como ovejas sin pastor, ¿qué hizo Él? Él llamó a doce discípulos, les dio p
oder para echar fuera demonios y para sanar a los enfermos, luego, les dio la gran comisión para que fueran a ayudar a recoger la gran Cosecha.
Debido a que la Cosecha era muy grande, escogió a otros setenta obreros, a quienes les dijo: "He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará" (Lc 10:19).
Jesús hizo algo con relación a Su cosecha madura. Él no se sentó a contemplarla y a orar por obreros únicamente. Él salió a buscar obreros en esos mismos campos de la Cosecha.
También podemos ser movidos a compasión por los que todavía no han sido alcanzados por el evangelio. Si nosotros somos “como Cristo”, nos envolveremos en la tarea de hacer algo en pro de compartir el evangelio con ellos.
b. Es Vital Que Salgamos. El ganar almas es realizado allá fuera, donde la gente vive, trabaja y juega. Es urgente que enfaticemos este principio básico en la tarea de ganar almas.
No salimos a pescar a nuestros baños. Si esperamos atrapar los peces, tendremos que lanzar nuestra red en las partes más profundas del mar, lago u océano. Colocamos la carnada en el anzuelo que atrae a los peces, y lo tiramos al río o lago: allá afuera, donde se supone que hay peces.
Cosechamos nuestras plantaciones o sembrados allá en los campos, allá afuera donde sembramos las semillas, y donde los tallos, con las espigas llenas de granos de trigo, se levantan ya maduros para ser cosechados. Muy raras veces ganamos almas dentro de las cuatro paredes de nuestras iglesias locales.
A fin de cosechar a los no convertidos, es vital que salgamos a llevar nuestro testimonio fuera de nuestros santuarios, hacia los mercados, hacia las calles, a las cárceles, hospitales, hogares, allá afuera entre ellas. A esto llamamos evangelismo.

Los hindúes no van a la iglesia. Los musulmanes no entran a un templo cristiano. Los budistas y otros religiosos no entran a un servicio de adoración cristiana. Las personas sin afiliación religiosa no concurren a la iglesia.
Es necesario que salgamos fuera: “...por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar...” (Lc 14:23).
Hay un elemento de urgencia cuando llega el tiempo de la cosecha. Si los frutos no son recogidos rápidamente, toda la cosecha podría perderse en el campo.
Las tormentas pueden venir y causar daño al trigo o al maíz. Si no se cosecha rápidamente, el fruto puede madurarse demasiado y pudrirse.
Pablo pasó su propio sentido de urgencia sobre los demás cuando dijo: “Pero esto digo, hermanos; que el tiempo es corto...” (1 Co 7:29).
Si realmente queremos cosechar la siembra madura de nuestra generación, el secreto está en volver a descubrir la urgencia, pasión y celo de la Iglesia primitiva. Aquellos cristianos salieron por todas las ciudades y aldeas en constante búsqueda de las almas perdidas, aun al riesgo de sus propias vidas. A eso es lo que catalogamos como ser igual que Cristo, esto es cristianismo genuino.
c. Movilizándonos Para Evangelizar. Como líder de la Iglesia, es su deber comenzar el proceso de orar, movilizar y planificar, cómo ganar las almas perdidas. El orden en el ministerio de Jesús fue el siguiente:
1) Ver. Jesús vio la Cosecha (las multitudes de almas) y fue movido a compasión.
2) Orar. Luego oró, como el medio de resolver el problema de obreros para la Cosecha. “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios” (Lc 6:12).
3) Escoger. Después de orar, Él escogió a los obreros, primero doce, y después setenta, a los cuales, entrenó y envió al campo a recoger la Cosecha.
Él vio. Ahora Él quiere que nosotros veamos. "...He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega" (Jn 4:35).
Él oró. Ahora quiere que nosotros oremos. "...Rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies" (Lc 10:2).
Él escogió. Ahora quiere que nosotros escojamos. "Buscad... hermanos... varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo" (Hch 6:3).
Este plan de acción es sencillo: Ver, Orar, Escoger, comenzará el proceso del recogimiento (cosecha de almas).
Nuestro Lema: ¡Cada Cristiano Es Un Testigo!

miércoles, 30 de septiembre de 2015

El Evangelio Tiene Que Ser Predicado En Todo El Mundo.Todo Creyente Ha Sido Comisionado.


El Evangelio Tiene Que Ser Predicado.......Pero la mayoría de los que enseñan esto, no están haciendo nada para hacer posible que Él regrese. Muchos hasta enseñan que no hay profecías sin cumplir que prevengan Su retorno.
Jesús hizo esto muy claro: habría ciertas condiciones previas antes de que Él pudiera regresar por segunda vez a este mundo. Las más importantes de éstas se encuentran en Mateo 24:14: "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin".
"De cierto os digo... que se predique este evangelio, en todo el mundo..." (Mt 26:13). "...que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones..." (Lc 24:47). "...y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra" (Hch 1:8).
En el idioma griego, el término naciones significa ETHNOS, que se refiere a grupos “étnicos”. En específico, un grupo étnico es uno gentil o no judío que tiene una identidad lingüística y cultural común, que los hace diferentes de cualquier otro grupo de personas en el mundo.
La India tiene más de 2 mil grupos étnicos en su territorio. Estos varían entre personas primitivas viviendo en árboles, en las selvas de las montañas del noreste del país, hasta grupos de personas de la clase alta de la sociedad muy sofisticados, los bracmánicos (nombre que se le da a los filósofos y sacerdotes de la India) quienes viven en el interior del país.
La mayoría de estos grupos de personas, nunca han escuchado el evangelio. La mayoría no tienen un solo versículo de la Biblia traducido en su idioma.
Siendo que cada cristiano ha sido comisionado y llamado, no se necesita un “llamado especial” para ser un ganador de almas. Las instrucciones de Jesús son claras:
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres... Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Mt 5:16; Lc 14:23). Jesús dijo: “...predicad el evangelio a toda criatura”.
Si una nación es 95% cristiana, mientras otra es 95% no cristiana, nuestra alternativa debe ser alcanzar la nación no cristiana.
Si un campo pequeño de granos maduros tuviera cien segadores trabajando en él, mientras uno más grande sólo tiene un obrero, ¿qué campo escogería usted para laborar y salvar los granos? Deberá escoger el campo donde la necesidad es mayor y donde los obreros son menos, para suministrar la necesidad.
Si diez personas estuvieran levantando un tronco, nueve en el extremo menos pesado, y uno en el extremo más pesado, no sería difícil escoger en qué extremo colocar ayuda adicional.
"Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí" (Is 6:8).

jueves, 24 de septiembre de 2015

LAS DIEZ VÍRGENES

Jesús relata la parábola de las 10 vírgenes (lea Mateo 25:1-13). Analicemos las siguientes preguntas: 1) ¿Qué enseña esta  parábola? 2) ¿Por qué decimos que los ungidos han seguido el consejo de la parábola, y qué han logrado al hacerlo? 3) ¿Cómo podemos beneficiarnos de ella?

QUÉ ENSEÑA LA PARÁBOLA


 ¿Qué quería enseñar Jesús con esta parábola? Para entenderlo, primero debemos identificar a los personajes. El novio es Jesús. Lo sabemos porque ya anteriormente se había comparado a sí mismo con un novio (Luc. 5:34, 35). Las vírgenes son el “rebaño pequeño” de cristianos ungidos. ¿Cómo llegamos a esa conclusión? Según la parábola, las vírgenes debían estar preparadas y tener las lámparas encendidas para cuando llegara el novio. Pues bien, Jesús dio a sus seguidores ungidos instrucciones muy parecidas: “Estén ceñidos sus lomos y encendidas sus lámparas, y sean ustedes mismos como hombres que esperan a su amo cuando vuelve de las bodas” (Luc. 12:32, 35, 36). Además, los apóstoles Pablo y Juan compararon a los ungidos con vírgenes (2 Cor. 11:2; Rev. 14:4). De modo que el consejo y la advertencia de la parábola que encontramos en Mateo 25:1-13 es para los ungidos.
5. a) ¿A qué época se refería Jesús cuando relató esta parábola? b) ¿Por qué llegamos a esa conclusión?
En segundo lugar, debemos pensar en la época a la que se refería Jesús cuando relató esta parábola. Fijémonos en lo que dijo casi al concluir su relato: “Llegó el novio” (Mat. 25:10). En Mateo 24 y 25, Jesús hizo ocho referencias a su venida, o llegada. Todas traducen distintas formas del mismo verbo griego. Así, en todas estas referencias, Jesús estaba hablando del momento en el que vendrá  Por lo tanto, cuando Jesús relató la parábola de las 10 vírgenes, se estaba refiriendo al tiempo del fin, y el momento culminante de dicha parábola —la llegada del novio— 
6. ¿Qué enseña la parábola de las 10 vírgenes?
, Jesús cuenta la parábola de las 10 vírgenes para darles una advertencia  todos los ungidos que vivieran en los últimos días: deben mantenerse alerta para no perder su recompensa de ir al cielo (Mat. 25:13). Sigamos analizando la parábola y veamos qué han hecho los ungidos para mantenerse alerta.

LOS UNGIDOS SIGUEN EL CONSEJO DE LA PARÁBOLA

7, 8. a) ¿Por qué lograron estar listas las vírgenes discretas? b) ¿Cómo han demostrado los ungidos que están preparados para la llegada del Novio?
Las vírgenes “discretas”, o prudentes, estuvieron listas cuando llegó el novio. ¿Por qué? Por dos razones: se prepararon bien y se mantuvieron alerta. Todas las vírgenes debían tener sus lámparas encendidas y esperar durante muchas horas a que el novio llegara. A diferencia de las cinco vírgenes “necias”, o insensatas, las discretas llevaron más aceite por si se terminaba el de sus lámparas. ¿Qué se puede decir de los ungidos? ¿Se han preparado para cuando llegue Jesús?
Claro que sí. Los ungidos que viven en el tiempo del fin han sido como las vírgenes discretas: se han preparado bien para cumplir con la labor que Jesus nos dijo y aguantar hasta el fin. ¿Cómo? Han comprendido que para servir fielmente a Dios tienen que renunciar a muchas de las ventajas materiales que ofrece el mundo de Satanás. Además, rechazan su espíritu inmoral y egoísta. Sirven a Dios  porque lo aman y desean ser leales a él y a Jesús, no porque el fin esté cerca. Así es, los ungidos “resplandecen como iluminadores en el mundo” mientras esperan a que llegue el Novio (Filip. 2:15).
9. a) ¿Cómo destacó Jesús el peligro de quedarse dormido? b) ¿Cómo han actuado los ungidos ante el grito “¡Aquí está el novio!”?
Las vírgenes discretas no solo tuvieron que prepararse bien, también tuvieron que mantenerse alerta. No obstante, Jesús dijo que todas las vírgenes, las 10, “cabecearon y se durmieron” debido al aparente retraso del novio. ¿Qué quiso enseñar Jesús con esto? Que incluso alguien que desea mantenerse alerta pudiera quedarse dormido, es decir, debilitarse o distraerse, mientras espera su llegada. Los ungidos fieles se han esforzado mucho por seguir esta advertencia. En la parábola, todas las vírgenes reaccionaron cuando escucharon: “¡Aquí está el novio!”. Pero solo las discretas se mantuvieron alerta hasta su llegada (Mat. 25:5, 6; 26:41). En la actualidad, los ungidos se han mantenido alerta y han reconocido la señal que demuestra que el Novio está a punto de llegar. *Centrémonos ahora en el momento culminante de la parábola.

martes, 11 de agosto de 2015

EL AMOR DEL PADRE

“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.” (1 Juan 3:1). Este pasaje comienza con un mandato: “¡Mirad!” Juan quiere que observemos las manifestaciones del amor del Padre. Él ha introducido el tema del amor de Dios en el capítulo anterior (1 Juan 2:515), mencionado brevemente aquí, y ampliamente explicado en el capítulo cuatro. El propósito de Juan es describir la clase de amor que el Padre da a Sus hijos, “¡cuál amor!” La palabra griega traducida como “cuál amor” se encuentra sólo seis veces en el Nuevo Testamento y siempre implica asombro y admiración. 


Lo que es interesante notar aquí, es que Juan no dice, “El Padre nos ama.” Al hacerlo, él estaría describiendo una condición. En lugar de eso, él nos dice que el Padre ha “derramado” Su amor en nosotros, y esto, a su vez, representa una acción y el alcance del amor de Dios. También es interesante notar que Juan ha elegido la palabra “Padre” a propósito. La palabra implica la relación padre-hijo. Sin embargo, Dios no se convirtió en Padre cuando nos adoptó como Sus hijos. La paternidad de Dios es eterna. Él es eternamente el Padre de Jesucristo, y a través de Jesús Él es nuestro Padre. Es a través de Jesús que recibimos el amor del Padre y somos llamados “hijos de Dios.”

Qué honor es el que Dios nos llame Sus hijos, y nos dé la seguridad de que como Sus hijos somos herederos y coherederos con Cristo (Romanos 8:17). En su Evangelio, Juan también nos dice que Dios le da el derecho de convertirse en hijo de Dios a todo aquel que mediante la fe, ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador (Juan 1:12). Dios extiende Su amor a Su Hijo Jesucristo, y a través de Él, a todos Sus hijos adoptados.

Entonces, cuando Juan nos dice que “eso es lo que somos”, él declara la realidad de nuestro estado. Ahora mismo, en este preciso momento, somos Sus hijos. En otras palabras, esta no es una promesa que Dios cumplirá en el futuro. No, la verdad es que ya somos hijos de Dios. Gozamos de todos los derechos y privilegios que conlleva nuestra adopción, porque hemos llegado a conocer a Dios como nuestro Padre. Como Sus hijos, experimentamos Su amor. Como Sus hijos, lo conocemos a Él como nuestro Padre, porque experimentamos un conocimiento de Dios. Ponemos nuestra fe y confianza en Aquel que nos ama, nos provee, y nos protege como nuestros padres terrenales lo harían. También como los padres terrenales lo harían, Dios disciplina a Sus hijos cuando desobedecen o ignoran Sus mandamientos. Él lo hace para nuestro beneficio, “para que participemos de Su santidad.” (Hebreos 12:10).

Hay muchas formas en que las Escrituras describen a aquellos que aman a Dios y le obedecen. Somos “herederos de Dios y coherederos con Cristo.” (Romanos 8:17); somos “sacerdocio santo” (1 Pedro 2:5); somos “nuevas criaturas” (2 Corintios 5:17); y somos “participantes de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:4). Pero más que todo lo anterior – más significativo que cualquier título o posición – es el simple hecho de que somos hijos de Dios y Él es nuestro Padre celestial.

miércoles, 22 de julio de 2015

UNA VIDA ENTREGADA A DIOS

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” Romanos 12:1   
     La verdadera adoración (agradar a Dios) se da cuando nos entregamos completamente a Dios. Ofrecerte a Dios es la esencia de la adoración.  A este acto de entrega personal se le llama de diversas maneras: consagración, que Jesús sea el Señor de nuestra vida, tomar la cruz, morir al yo, ponerse en manos del Espíritu. Lo que importa es lo que se haga, no cómo se le llame. Dios quiere toda nuestra vida.
     Hay tres obstáculos que bloquean nuestra entrega total a Dios: el temor, el orgullo y la confusión. No nos damos cuenta de cuánto nos ama Dios, queremos controlar nuestra propia vida y malinterpretamos lo que significa la entrega.
     ¿Puedo confiar en Dios? La confianza es un ingrediente escencial en la entrega. No puedes entregarte a Dios si no confías en él, pero no puedes confiar en él hasta que lo conozcas mejor. El temor impide entregarnos, pero “el amor hecha fuera todo temor”. Cuanto más nos demos cuenta de lo mucho que Dios nos ama, más fácil nos resultará la entrega.
     ¿Cómo sabes que Dios te ama? Él te demuestra su amor de muchas maneras. Te dice que te ama; nunca te pierde de vista; cuida de todos los detalles de tu vida; te dio la capacidad de disfrutar toda clase de placeres; tiene buenos planes para tu vida; te perdona; y es cariñoso y paciente contigo. Salmos 145:9; Salmos 139:3; Mateo 10:30; 1a. Timoteo 6:17b; Jeremías 29:11; Salmos 86:5; Salmos 145:8. El te ama mucho más de lo que te puedas imaginar.
     La mayor expresión de amor es el sacrificio del Hijo de Dios por ti. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”  Romanos 5:8     Si quieres saber cuán importante eres para Dios, mira a Cristo con sus brazos extendidos en la cruz, diciéndote <<¡Mi amor por ti es así de grande! Prefiero morir a vivir sin ti>>    
     Dios no es un esclavizador cruel o un explotador que usa la fuerza bruta y la corrección  para someternos .
 No intenta doblegar nuestra voluntad, sino que nos atrae hacía sí para que podamos ofrecernos libremente a él. Dios es amante y libertador, y cuando nos entregamos a él obtenemos libertad, no esclavitud. Cuando nos entregamos completamente a Jesús, descubrimos que no es un tirano sino el Salvador; no es jefe sino hermano; no es dictador sino amigo.    
     El segundo obstáculo para nuestra entrega total es el orgullo. No queremos admitir que somos meras criaturas y que no podemos controlar todo. Mucho de nuestro estrés se debe al deseo de control total. La vida es una lucha, pero lo que muchas personas ignoran es que la nuestra, como la de Jacob, es realidad ¡una lucha con Dios!     
     Aceptemos nuestra humanidad con el intelecto pero no con las emociones. Cuando nos enfrentamos a nuestras propias limitaciones, reaccionamos con irritación, enojo y resentimiento. Queremos ser más altos (o mas bajos), más inteligentes, más fuertes, más talentosos, más hermosos y más ricos. Queremos tenerlo todo y hacer cualquier cosa, y nos disgustamos cuando eso no ocurre. Al darnos cuenta de que Dios dota a otros con las características que no tenemos, respondemos con envidia, celos y autocompasión.    
     Necesitamos hacer una entrega total al Señor y puedes saber que se la has entregado cuando dependes de él para que las cosas resulten bien, en lugar de manipular a los demás, imponer tus ideas y controlar la situación. Uno suelta las riendas y deja que Dios obre. No necesitas estar siempre al control. La Biblia dice que debemos entregarnos al Señor y esperar en él con paciencia. En lugar de esforzarnos más, confía más. También sabes que  te has rendido cuando no reaccionas a la crítica ni te apresuras a defenderte. Un corazón rendido se destaca en las relaciones personales. Una vez que nos entregamos a Dios, ya no descalificamos a los demás, no exigimos nuestros derechos y no buscamos nuestro propio bien.
     Llegó el momento para que te rindas a Dios, a su gracia, a su amor y a su sabiduría.

viernes, 10 de julio de 2015

UN CORAZON SALUDABLE SOLO LO DA DIOS

El corazón humano es muy frágil. Las decepciones amorosas, las frustraciones, las traiciones, la pérdida de un ser querido, etc. son algunos de los motivos por los cuales, nos sentimos con el corazón destrozado.

¿Está tu corazón en malas condiciones?

No recurras al alcohol, solo agravarás tu problema.

No recurras a las drogas, te harás un daño mayor.

No existe un lugar en este planeta donde podamos llevar a reparar un corazón destrozado, pero sí existe

Un taller celestial, a cargo del mejor Maestro del universo.

El costo por compostura es absolutamente gratis, solo necesitas un poquito de fe. Este Maestro se llama Jesús y conoce verdaderamente bien su trabajo.

Su técnica consiste en buscar cada fragmento y unirlo a los demás, sin dejar rastro de la rotura, solo él puede ser capaz de hacer este trabajo a la perfección.

No te desanimes ni te lamentes, no te abandones ni te dejes sumir en la depresión. Tu caso tiene remedio, para el Maestro nada es imposible.

Háblale con tus propias palabras, con las que te salgan de ese corazón roto.

El sana desde las heridas más viejas, hasta las más nuevas, por igual.

Entrégale tu corazón roto con toda confianza y verás los tremendos resultados.

Recuerda siempre esto:
tú vales mucho para Dios, tanto, que entregó a su propio Hijo por ti...

Lleva tus penas al taller donde existe una única herramienta:
el amor. Esta herramienta logra lo insospechable, su eficacia es absoluta y el Maestro es experto en el uso de esta herramienta.

No importa si alguien te desprecia, no importa si alguien no te ama, no importa si alguien te traicionó, El se interesa en ti y Su amor siempre estará contigo.

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Mateo 11:28. bendiciones!!!!.



jueves, 18 de junio de 2015

¡DIOS MUESTRA SU AMOR PARA CON EL HOMBRE PECAMINOSO!


“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
La palabra “muestra” es traducida de la palabra Griega que significa “presentar” o “exhibir” . Esas palabras quizá sean difíciles de entender para la mayoría de jóvenes hoy en día. La Biblia en Español dice que Dios “muestra” su amor para con nosotros“en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

Un doctor hizo una encuesta a un joven en la época de los jipis, que tenía la palabra “amor” escrita en su gorra, en su abrigo, en sus pantalones y hasta en sus zapatos. le pregunto  “¿Por qué?” El joven le dijo: “Bueno, porque Dios es amor.” estuvo de acuerdo en eso. Pero el joven le dijo: “Dios me salvó por su amor.” El Dr. le contestó: “Yo no estoy de acuerdo con eso. Dios no salva por Su amor el salvo demostrando su amor que es diferente.” Luego el Dr. dijo:Hablando con aquel joven que tenía ‘amor’ escrito en sus ropas, le pedí que me mostrase un verso en la Biblia donde dice que Dios te salva por Su amor. Y por supuesto, no sabía ninguno...Dios te salva por Su gracia, resultado de su amor

lunes, 8 de junio de 2015

¿QUE PRUEBAS DIO DIOS DE SU DIVINIDAD?

 Él hizo lo que la gente no puede hacer. Jesús hizo milagros. Sanó gente... ciegos, paralíticos, sordos, incluso resucitó a un par de personas de la muerte. Él tenía poder sobre los objetos... sacó comida de la nada, suficiente para alimentar a miles de personas. Él hizo milagros en la naturaleza... caminó sobre un lago, ordenó detenerse a una fuerte tormenta para ayudar a sus amigos. Gente por todas partes seguía a Jesús porque Él constantemente satisfacía sus necesidades, haciendo lo milagroso. Él dijo, "Si ustedes no quieren creer lo que les estoy diciendo, deberían al menos creer en mí por los milagros que están viendo".16
Jesucristo nos mostró a un Dios tierno, amoroso, consciente de nuestro egoísmo y limitaciones, aún así deseando profundamente una relación íntima con nosotros. Jesús revela que aunque Dios nos ve como pecadores, y merecedores de su castigo, su Amor por nosotros prevaleció, y creó un plan diferente. Jesucristo -un Dios también- tomó la forma de un Hombre y aceptó el castigo por nuestros pecados, en nuestra representación. Suena absurdo? Quizás, pero muchos padres amorosos cambiarían de lugar con sus hijos enfermos en una sala de cáncer si ellos pudiesen. La Biblia dice que la razón para que amemos a Dios es porque El nos amó primero.
Jesús murió en nuestro lugar para que nosotros seamos perdonados.Sólo a través de Jesús verás a un Dios acercándose hacia la humanidad, brindándonos una manera de tener una relación con El. Jesús nos prueba un corazón divino de amor, satisfaciendo nuestras necesidades, acercándonos a El. Debido a la muerte y resurrección de Jesús, El nos ofrece una nueva vida hoy. Nosotros podemos ser perdonados, completamente aceptados por Dios y genuinamente aceptados por Dios. El dice "Te he amado con un amor sin fin, por tanto he mantenido mi Fe en ti"17. Ese es Dios, en acción.
¿Dios existe? Si tu quieres saber, investiga a Jesucristo. Se nos ha dicho "Dios amó tanto el mundo que dice a su único Hijo, que quienquiera que crea en El no perecerá sino que tendrá vida eterna".18
Dios no nos fuerza a creer en El, aunque pudiera. En vez de eso, El nos ha provisto de suficiente prueba de su existencia para que nosotros voluntaria y gustosamente le respondamos. La perfecta distancia de la Tierra al Sol, las únicas propiedades químicas del agua, el cerebro humano, el DNA, el número de personas que atestiguan conocer a Dios, el ansia en nuestros corazones y mentes por determinar si Dios esta allí, el enorme deseo de Dios de ser conocido a través de Jesucristo. Si necesitas saber más acerca de Jesús y razones para creer en El, por favor ve: Más allá de la fe ciega.

jueves, 28 de mayo de 2015

Dios perdona tus Pecados

Juan 6:37  (RVR1960)
37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
Salmo 103: 12-14  (RVR1960)
12 Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
13 Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
14 Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.
A veces los creyentes regiamente estropean sus vidas a través de un fallo u otro, y en la vergüenza, confusión y desconcierto se preguntan si Dios tiene alguna misericordia mas para ellos.
Se acercan a Dios y de una forma en que un estudiante se acercaría a un maestro que es difícil y no le gusta particularmente a el, huyendo de la Palabra y la oración sin confianza (como pasar una nota debajo de la puerta del maestro y salir corriendo sin arriesgar una confrontación con el profesor). Su caminar se convierte en caminar de monotonía, por una continua sensación de condena y la futilidad.
Lo siguiente de 1 Samuel 12 debe servir para animar a cualquier persona que se encuentre en esta condición. No deje que sus fracasos le desalienten al punto en el que corre lejos de Dios. Él nunca despreciará un corazón que le busca. Él es mucho más tolerante de lo que somos nosotros, y Él ya conocía lo peor de ti cuando le invitó a venir y seguirlo.
Así que tome su corazón, hermanos y hermanas. Si te caes, no importa cuánto pueda odiarse a si mismo, levantase, y vuelva al Señor, apoye su mano en la franja del vestido de Dios, y siga sus pasos:
1 Samuel 12: 20-24  (RVR1960)
20 Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón.
21 No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque son vanidades.
22 Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.
23 Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.
24 Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.




Afortunadamente, Dios es tierno y compasivo. ¡Está ansioso de perdonar nuestros pecados!2 Pedro 3:9 nos dice que Dios es, “...paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” Dios desea perdonarnos, de manera que ha hecho provisión para nuestro perdón.

El único castigo justo por nuestros pecados es la muerte. La primera parte deRomanos 6:23declara, “Porque la paga del pecado es muerte...” La muerte eterna es lo que hemos ganado por nuestros pecados. Dios, en Su plan perfecto, se hizo hombre, en la persona de Jesucristo (Juan 1:1,14). Jesús murió en la cruz, llevando la penalidad que merecíamos – la muerte.2 Corintios 5:21nos enseña, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” ¡Jesús murió en la cruz, llevando el castigo que merecíamos! Siendo Dios, la muerte de Jesús proveyó el perdón por los pecados del mundo entero.1 Juan 2:2proclama, “El es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” Jesús resucitó, proclamando Su victoria sobre el pecado y la muerte (1 Corintios 15:1-28). Gloria a Dios, que a través de la muerte y resurrección de Jesucristo, la segunda parte deRomanos 6:23es verdad, “...mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

¿Quiere usted tener sus pecados perdonados? ¿Tiene un persistente sentido de culpa que no parece desaparecer? El perdón de sus pecados está disponible si usted pone su fe en Jesucristo como su Salvador.Efesios 1:7dice, “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” Jesús pagó la deuda por nosotros para que pudiéramos ser perdonados. Todo lo que usted tiene que hacer es pedirle a Dios que le perdone a través de Jesús. Si usted cree que Jesús murió para pagar por su perdón entonces ¡El lo perdonará!Juan 3:16-17contienen este maravilloso mensaje, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”

martes, 19 de mayo de 2015

¡Jesús le avisó a su novia que estuviera vigilando por su pronto regreso!

Jesús dice en Mateo 24:
“Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis.” (Mateo 24:44).
Esta es la segunda característica de la novia de Cristo: ¡una expectativa por su pronto regreso! La novia de Jesús debe vivir en una continua expectación de gozo por regreso inminente de su Amado – porque él puede llegar en cualquier momento.
Jesús advirtió, sin embargo, que en los últimos días ministros malos infiltrarían la iglesia con la intención de adormecer la novia. Ellos tratarán de quitar su corazón de amor por su novio declarando: "'Mi señor tarda en venir'” (versículo 48).
Este evangelio es predicado por hombres que no quieren pagar el precio de obedecer los mandatos de Cristo. Tienen hábitos pecaminosos y llevan doble vidas – así que naturalmente ellos no quieren que Jesús regrese. Por lo tanto, han inventado una doctrina para justificar continuar en pecado.
Un simpatizante del evangelio de dominio ha dicho: “No existe posibilidad que Jesús regrese por unos 30,000 años. Nos va a tomar todo ese tiempo para ganar control de la tierra de los malvados. Sólo cuando hayamos conquistado y arreglado al mundo, podremos traer al Rey Jesús de regreso.”
No sé de donde sacaron la cifra de 30,000 años. Pero eso es tan malo como el hombre que dijo que Jesús regresaba en septiembre de 1994.
No, ¡ambos están equivocados! La Biblia dice que aquellos que declaran que Jesús retrasa su venida son “siervos malos”: “Pero si aquel siervo malo dice en su corazón: Mi señor tarda en venir" (mismo versículo).
¿Cuál es el resultado de esta falsa enseñanza? Primero, termina en la muerte de todo amor – el apagar de cualquier motivación hacia una vida santa, de cualquier pasión por Jesús. También termina en lo que Jesús llama “golpear a sus consiervos” (versículo 49). Los que apoyan esta doctrina usualmente terminan en debates acalorados y de mal espíritu – peleando con otros teólogos, riñendo y gritándose.
Algunos cristianos comprometidos dicen: “¿Por qué debo vivir con la expectativa de su regreso, si voy a tener una muerte normal? Puedo vivir la vida – bebiendo, fumando, maldiciendo, parrandeando. Y como el ladrón en la cruz, puedo clamar antes de morir: ‘Señor, ¡ten misericordia!’”
¡Amados, no hagan caso a este
lo veo venir
doctrina de tardanza! Si eres parte de la novia de Jesús, estarás tan enfermo de amor por tu Señor que no dejarás que te convenzan. Al contrario, gritarás: “No escucharé tal maldad. Mi Señor dijo que debo estar preparado en cualquier momento para su regreso. Yo sé que él está cerca – y yo puedo sentirlo. Mi corazón clama dentro de mí, ‘Mira, el Novio viene.‘ ¿Por qué debo creer una doctrina tan necia como ésta?”

lunes, 11 de mayo de 2015

EL AMOR AL ARREPENTIMIENTO ES EL ODIO AL PECADO

El Señor ha hecho en mi favor maravillas, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón”. (Lucas 1, 50-51)
Si mirando al cielo, abandonamos la soberbia y somos capaces de decir: “Siento una gran pena por haber hecho algunas cosas malas, y por haber dejado de hacer algunas cosas buenas; no dejo se arrepentirme de todos mis pecados y mis faltas, desde las más insignificantes y por supuesto, las más grandes; hace mucho que deseo cumplir el compromiso de no hacer algo que ofenda al hombre, porque todo lo que es faltar a los hombres, también es faltar a Dios; hace tiempo que he querido cambiar, y para esto, es necesario mi arrepentimiento y de corazón, estoy muy arrepentido y siento dolor en el alma, por haber pecado”, estamos confiando en la misericordia divina, con la confianza de Jesús, que le dijo al paralitico; “Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados” (Lucas 5,20)
El hijo que regresa arrepentido, parábola del hijo prodigo; “Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti” (Lucas 15,18), es una gran ejemplo de la confianza en la misericordia del Padre. El arrepentirse requiere transformación y exige un cambio de actitud, además es una experiencia necesaria para llegar a conocer a Jesucristo, en otras palabras quien no se arrepiente, por mucho que intente conocerle, no lo podrá conocer ni podrá ir al Reino de los Cielos. Jesús dijo "¡Arrepiéntanse, porque el Reino de los Cielos ha llegado.  (Mateo 4,17).
El no arrepentirse, es vivir esclavizado en la mentira, y ser esclavo es carecer de libertad, y Dios nos quiere libres y para ser libre, debemos ser consecuentes con la Palabra del Señor, que;  “decía pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: Si se mantienen en mi Palabra, serán verdaderamente mis discípulos, y conocerán la verdad y la verdad les hará libres”.  (Juan 8, 31-32). Jesús, nos otorga la gracia de liberarnos de la esclavitud del pecado, para eso debemos comenzar por el arrepentimiento, es así como Jesús respondió a los judíos: “En verdad, en verdad les digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Sí, pues, el Hijo les da la libertad, serán realmente libres”. (Juan (SBJ) 8, 34-36) Es así, como el arrepentimiento es el camino hacia la libertad. Es Palabra del Señor.
El amor al arrepentimiento, es el odio al pecado, este tipo de odio, es un sentimiento de rechazo y antipatía que nos podemos permitir. El arrepentimiento es el primer paso al camino con el encuentro con el Señor. El arrepentimiento es reconciliarse con Dios, es desear vivir para Dios.
Reflexionando sobre el abatimiento que produce vivir en pecado, me hace tener la convicción plena que todo el mundo necesita arrepentirse, ¿alguien se siente libre de culpas?, frente a esta pregunta que hizo el Señor, todos se retiraron y nadie fue capaz de condenar. (Cfr. Juan 8-3-10). Pero para reconocerse creyente, para ser honesto con Dios, debemos reconocernos como pecadores, y si decimos que no tenemos pecado ¿hasta qué punto estamos diciendo la verdad?. La sentencia del Evangelista San Juan, nos interpela duramente: “Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros”. (1 Juan 1, 8) Confesar nuestras faltas, es buscar la amistad de Jesús, y es querer limpiarnos de nuestras impurezas: “Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia”. (1 Juan 1, 9). Por otra parte, no se puede predicar el Evangelio y vivir distinto a él, quien lo haga, finge cualidades, ideas o sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene. Lo peor, es que no estamos siendo consecuentes con su Palabra: “Si decimos: «No hemos pecado», le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros”. (1 Juan 1, 10). Es decir,  su Palabra no habita en nosotros, no conoce nuestro corazón.
Pero Jesús conoce bien los corazones arrepentidos de sus faltas. En cualquier etapa de nuestra vida que le mostremos a Jesus un corazón arrepentido, le daremos la oportunidad al Espíritu Santo para comenzar su obra, y nuestra vida comienza a cambiar.  El arrepentimiento es un cambio en la forma de pensar y ver las cosas, es un cambio en la mente y en el corazón.
Como cristianos, estamos llamados para dar testimonio de vida en nombre de Jesús. Pero nuestro testimonio debe incluir un estilo de vida que sea coherente entre lo que decimos y lo que hacemos, entre lo que predicamos y lo que practicamos, si no es así, tenemos un nombre para nosotros, el mismo que Jesús le dijo a los fariseos, “Hipócritas”.
Luego que Jesús completo su experiencia de los cuarenta días en el Desierto, Comenzó a predicar y a decir: "¡Arrepiéntanse, porque el Reino de los Cielos ha llegado.  (Mateo 4,17). Es así como los Evangelios llevan implícito el arrepentimiento. Si Jesús nos pide esto, ¿Por qué nos debe avergonzar que sea necesario arrepentirnos? En efecto, si amamos los evangelios, entonces amamos arrepentirnos.
Juan Bautista, predicaba, “Den, pues, fruto digno de conversión”,  (Mateo 3,8), entonces el arrepentimiento del Evangelio verdadero, tiene que ser acompañado por sus frutos. Jesús nos dice “Por sus frutos los conocerán”. (Mateo 7,16), y así también luego nos agrega “Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.” (Mateo 7,17). En otras palabras, si confesamos creer en los Evangelios, no olvidemos que Jesús nos dice, esa misma sentencia que repetimos el miércoles de ceniza;  "El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértete y cree en el Evangelio”. (Marcos 1,15) Es así, como Jesús nos predica un evangelio que invita al arrepentimiento.
Por tanto, todo aquel que quiera predicar los evangelios, tiene que pasar por el arrepentimiento y si cae en falta, volver a experimentarlo, porque estaremos enseñando un mensaje para el arrepentimiento de todos los hombres, y debemos mostrar que somos creíbles. Hoy conocemos bien cuáles son nuestras faltas, tenemos mayor facilidad para conocer lo que nos corresponde. Se nos ha educado y enseñado y no podemos alegar ignorancia. San Pablo, se estaba dirigiendo al pueblo de Atenas, Grecia y les estaba explicando el Evangelio de Jesucristo, en ese instante reconoce la ignorancia de quienes le están escuchando y les dice; “Dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia ahora a los hombres que todos y en todas partes deben arrepentirse” (Hechos 17,30).
Jesús, llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. (Marcos 6,7) Y, yéndose de allí, predicaron que se arrepintiese (convirtieran); (Marcos 6,12). Para llevar a delante esta gran misión, tenemos que ser consecuente con el Evangelio, lejos de toda hipocresía y cercano a toda la verdad, para honrar a Jesus resucitado, quien nos dijo: “Estas son aquellas palabras mías que les hablé cuando todavía estaba con ustedes: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí. Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión (el arrepentimiento) para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.  (Lucas 24, 44-47)
Y los Apóstoles, fueron leales a lo pedido por Jesús, y les predicaba así a sus hermanos: “Ya sé yo, hermanos, que obrasteis por ignorancia, lo mismo que vuestros jefes. Pero Dios dio cumplimiento de este modo a lo que había anunciado por boca de todos los profetas: que su Cristo padecería. Arrepiéntanse, pues, y conviértanse, para que sus pecados sean borrados” (Hechos 3, 17-19). Pedro le  está indicando a sus hermanos, cual es primer paso para liberarnos del pecado, primero debemos arrepentirnos, esa es, condición necesaria para que nuestros pecados sean borrados. En otra ocasión Pedro, animando a sus hermanos les dice: “No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con ustedes, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen al arrepentimiento (la conversión). (2 Pedro 3,9). Esta es la voluntad de Dios, esto es lo que quiere Dios de nosotros, porque Él sabe que es lo mejor para nuestra vida. Porque el Señor es Justo, compasivo y misericordioso, no nos cabe ninguna duda.
Dios nos quiere arrepentidos, porque él quiere que sus hijos se salven. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.  (1 Timoteo 2, 3-4). La misericordia de Dios es asombrosa y es para todos los hombres, sin discriminación. El mismo Pedro quedo sorprendido, así lo comenta; “Por tanto, si Dios les ha concedido el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poner obstáculos a Dios? Al oír esto se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: Así pues, también a los gentiles les ha dado Dios la conversión (el arrepentimiento) que lleva a la vida.  (Hechos 11, 17-18)
Reconozcamos que a pesar de muchos esfuerzos, nos tentamos en caer en el pecado. Admitamos que aunque reconocemos el llamado a vivir bajo las enseñanzas de los evangelios, le desobedecemos, aceptar esto de corazón, será agradable a Dios, y El Será misericordioso con nosotros, expresión total de bondad, El será amable con nosotros, y nos guiara amorosamente al arrepentimiento. La voluntad de Dios, es salvarnos, para ello debemos arrepentirnos.
Jesús nos predicó el arrepentimiento en todas partes. Del mismo modo sano a muchos. Muchos se acercaron Jesús y fueron sanados. Cuando nos sentimos enfermos, muy rápidamente le pedimos a Jesús que nos sane, pero cuando se hace necesario pedir el arrepentimiento, vamos lentos. En otras palabras; ¿Por qué somos tan rápidos para pedirle a Jesús y tan lentos para darle?
Cuando el Señor nos pide el arrepentimiento, lo hace para salvarnos, para que podamos ser libres, para que glorifiquemos su nombre. El pecado tiene sus penas y el arrepentimiento sus alegrías. En efecto, el pecado es aflicción y dolor en el alma, el arrepentimiento es gozo. Pablo nos dice; “Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría. Y poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, todo lo necesario, tengáis aún sobrante para toda obra buena. (2 Corintios 9, 7-8) y También Pablo expone a los Corintios: “Ahora me alegro. No por haberlos entristecido, sino porque aquella tristeza les movió al arrepentimiento. Pues ustedes se entristecieron según Dios, de manera que de nuestra parte no han sufrido perjuicio alguno. En efecto, la tristeza según Dios produce firme arrepentimiento para la salvación; (2 Corintios 7, 9-10) El Beneficio fue producido por el arrepentimiento, la salvación y liberación del mal. Con todo, Dios no quiere que sintamos pena y lástima por nuestra propia desgracia.  En lugar de eso quiere bendecirnos y recompensarnos cuando le respondemos por medio del arrepentimiento, si lo hacemos seremos liberados y entraremos en el gozo de nuestra salvación.

EL ODIO AL PECADO

Aceptemos este llamado del Señor, él sabe que luchamos para arrepentirnos, él nos ayudara con su gracia. El arrepentimiento es una decisión de que tenemos fe en la salvación que nos trajo Jesús, de confianza en la Misericordia de Dios. ¿El Beneficio de arrepentirse?, la vida eterna, el acceso al Reino de los Cielos.