lunes, 19 de octubre de 2015

¿Por Qué Debemos Evangelizar?


1. Por qué Jesús Fue Un Ganador De Almas
"Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores..." (1 Ti 1:15).
"Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lc 19:10).
a. Jesús Vino Para Salvar A Los Perdidos. Esa fue la misión principal de Cristo, rescatar a los perdidos. El primer grupo de personas que Jesús escogió para que le siguieran, recibió ese mismo reto: "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres" (Mt 4:19).
El último grupo que le siguió hasta el monte donde tomó lugar Su ascensión al cielo, recibió este mandamiento: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado..." (Mt 28:19, 20).
"Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hch 1:8).
El término cristiano significa ser como Cristo, quien vino para salvar a los perdidos, para buscar los descarriados y necesitados; por ello, si vamos a ser como Jesús, entonces, tendremos el deseo de ser ganadores de almas.
b. El Iba A Donde Estaba La Gente. Jesús llevó Su mensaje a la gente. Él iba a todos los lugares donde había personas: en los mercados, en las calles, en las colinas, en las playas, en los hogares, etc.
Él fue criticado por los líderes religiosos por el hecho de identificarse con las personas en el lugar donde estaban. “Este a los pecadores recibe, y con ellos come” (Lc 15:2).
El nos anima a "...Ir por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa" (Lc 14:23).
El nunca dijo: “Ve a un edificio de iglesia y ora para que Dios traiga a los pecadores”. Por el contrario, Él dijo: “Id por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”.
Después de Su ascensión, los seguidores de Jesús actuaron exactamente como Él. Se mantuvieron muy ocupados, testificando en los mercados, en las calles, en los hogares, alrededor de las fuentes públicas; hablando, razonando, testificando, persuadiendo, predicando, ganando almas, amonestando a los pecadores a creer en el evangelio; exactamente como lo hizo Jesús.
La Biblia dice: “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hch 5:42).
Tome un momento para hacer un círculo alrededor de la frase todos los días en su Nuevo Testamento. Mientras que las iglesias sólo conducen dos o tres cultos a la semana, los casinos de juego, los teatros, los establecimientos donde se venden licores, los parques de recreaciones y lugares de bailes, abren sus puertas para conducir negocios todos los días.
Los cristianos del Nuevo Testamento iban diariamente al templo y por las casas, enseñando y predicando a Jesucristo.
c. El Dijo: “Vayan Y Fuércenlos A Entrar.” Nosotros oramos por las personas para que sean salvas. Jesús dijo: “Vayan y fuércenlos a entrar”. Se perderán si todo lo que hacemos es orar.
"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación" (2 Co 5:18, 19).
Dios nos ha otorgado tanto el ministerio como la palabra de la reconciliación para restaurar a los hombres con Dios. Él ha hecho todo lo que ha podido. "El dio a Su Hijo unigénito... para que todo el que haga un pacto o compromiso con él, no perezca, mas tenga vida eterna" (Jn 3:16 traducción literal).
Cristo ha hecho todo lo que ha podido también. "Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz" (Col 1:20).
Ahora Él nos comisiona a contar estas buenas nuevas a todas las personas de todos los lugares del mundo. "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin saber quién les predique?" (Ro 10:13, 14).
Nuestra parte es contar a los perdidos, dejándoles saber las buenas nuevas que nuestro Padre celestial y Su Hijo han hecho para salvarnos. Todos nosotros debemos ser ganadores de almas porque Jesús lo fue.

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